WASHINGTON, Distrito de Columbia.- El senador Bernie Sanders culpó hoy a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) por la falta de acción en el Congreso para adoptar una legislación sobre el control de armas en Estados Unidos.
Asimismo, consideró ‘indescriptible’ que los estudiantes ya no estén sorprendidos por los frecuentes tiroteos en centros de enseñanza.
Todo se debe a una palabra de tres letras. Es la NRA. Y el presidente Donald Trump y los republicanos no tienen las agallas para hacer frente a estas personas y eso es bastante patético, sostuvo Sanders en entrevista con el programa Meet the Press de la televisora NBC News.
Los comentarios del legislador independiente por el estado de Vermont se producen después de que 10 personas -nueve estudiantes y un profesor- murieron el viernes durante un tiroteo en una escuela secundaria en Texas.
Explicó que la Cámara alta no ha hecho lo suficiente en la legislación para hacer más estrictos los controles de armas, un tema en el que sin embargo, contrastó, ‘el pueblo estadounidense está unido por abrumadora mayoría’.
El masivo tiroteo en una escuela secundaria en Parkland, Florida, el 14 de febrero, donde murieron 17 personas, desató multitudinarias manifestaciones en ciudades de todo el país a favor de hacer más estrictas las leyes para comprar armamento.
Sin embargo, directivos de la NRA han considerado ‘completamente ridículas’ tales demandas, bajo el argumento de que lo necesario es más seguridad en las escuelas estadounidenses.
La entidad con unos cinco millones de afiliados ha dicho que respaldaría un proyecto de ley para mejorar el sistema federal de verificación de antecedentes y proporcionaría incentivos para que los estados le envíen datos.
Pero al mismo tiempo, se opone a los intentos de aumentar el límite de edad para las compras de rifles de asalto (de 18 a 21 años), o de prohibir la venta de dichas armas de fuego.
Diversos informes cifran en alrededor de 300 millones el número de armas en poder de la ciudadanía estadounidense.
El debate sobre el control se mantiene estancado entre quienes exigen limitar las ventas de estos artefactos y quienes se amparan en el derecho a portarlas para su defensa y seguridad, como consagra la polémica Segunda Enmienda de la Constitución.
